Cada 3 de febrero, Navalafuente celebra la festividad de San Blas, un médico y obispo armenio al que se le conocía por su don de curación milagrosa y que durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV fue torturado y condenado a muerte por no renunciar a su fe en la época del emperador romano Licinio.
San Blas hizo vida eremítica en una cueva en el bosque y se cuenta que los animales heridos iban donde se encontraba y este los curaba. Sin embargo, un día vio como se acercaban los cazadores del gobierno y espantó a los animales para alejarles y librarles de ser víctimas de la cacería. Debido a esto, en represalia, los cazadores se lo llevaron preso.
El gobernador ofreció a San Blas regalos y todo tipo de ventajas a cambio de que dejara la religión de Jesús, pero él se negó a renunciar a su fe. Como consecuencia, San Blas fue torturado y el gobernador, al ver que este seguía proclamando su fe, decretó que le cortaran la cabeza. Mientras era llevado al lugar en el que iba a ser ajusticiado, una madre le pidió que sanara a su hijo, el cual estaba agonizando debido a una espina clavada en la garganta. Ante esto, San Blas puso sus manos sobre el niño y le salvó. Desde entonces, San Blas es conocido como el santo protector contra las enfermedades de garganta y tras su muerte muchos le empezaron a rezar para que les ayudara y protegiera, llegando al punto en que solo en Italia llegó a tener 35 templos dedicados a él.
Siguiendo la estela de esta veneración, previamente al día 3 de febrero se tiene como costumbre en varios municipios de nuestro país, entre ellos, Navalafuente, celebrar la tradicional Luminaria de las Candelas en honor a San Blas, una antigua tradición en la que el fuego es el gran protagonista y se emplea como símbolo de purificación y destierro de los males.
Además de la Luminaria, la Parroquia de San Bartolomé de Navalafuente acoge todos los años una misa en honor a San Blas para posteriormente celebrar una procesión acompañada por los vecinos y, por supuesto, por la ya mítica charanga que recorre el pueblo.
A todo esto, se suma la cena popular que Navalafuente ya ha convertido en una tradición organizar todos los años en honor a este santo y que reúne a todos aquellos vecinos que se animan a pasar una divertida noche en buena compañía.
Aunque este año, debido a la situación de la pandemia, no pueda celebrarse este día como es costumbre, os queremos desear un Feliz día de San Blas y esperamos que de cara al año que viene todo vaya a mejor y este día se pueda volver a celebrar todos juntos como se venía haciendo años atrás.